martes, 31 de mayo de 2011

La Conquista del Peú

 



La Conquista del Perú: (1532-1533) es el proceso histórico de anexión del Imperio incaico al Imperio español. El primer contacto entre un español y un inca se dio durante el gobierno de HuaynaCápac, cuando unos chasquis (mensajeros incaicos) trajeron a un español hacia el inca, se comunicaron a través mediante señas y luego lo dejaron ir. Sin embargo, fue a principios de 1532 que un ejército incaico se topó con un ejército español, durante la guerra civil entre los dos herederos al trono cuzqueño, Huáscar y Atahualpa, hijos del recién difunto Emperador Inca, Huayna Cápac. En este encuentro, Atahualpa fue tomado preso por Francisco Pizarro y semanas después fue ejecutado. Sin embargo, la resistencia inca continuó hasta 1574.

Antecedentes
Los primeros encuentros entre incas y españoles se dieron en la época en que gobernaba Huayna Cápac. El primer encuentro se dio cuando unos chasquis trajeron a Pedro de Candía al palacio del Sapa Inca para que se entrevistasen. La entrevista fue utilizando señas, según la cual el Inca interpretó que Candía comía oro, por lo que el gobernador le brindó oro en polvo y luego le permitió marcharse.

La situación incaica
Poco tiempo después del primer contacto entre Huayna Capac y Pedro de Candía, el Sapa Inca y su sucesor, Nina Cuyuchi, murieron a causa de una rara enfermedad[3] , que algunos autores atribuyen a la viruela traída por los europeos.
Tras la anarquía posterior al deseso del Inca, Huáscar asumió el gobierno por orden de los orejones (nobles) de Cuzco, quienes creían que su experiencia como vice-gobernante era suficiente para asumir el mando.[2] Después de un golpe de estado fallido; Huáscar, preocupado por la excesiva confianza que tenía su hermano Atahualpa en los generales del imperio -los denominados ikas-, ordena a su hermano que se aleje de ellos. Pero él reacciona organizando un ejército y declarandole la guerra. El enfrentamiento, que habría de durar tres años, finalizó con la victoria de Atahualpa y la captura y posterior ejecución de Huáscar.
Situación de los conquistadores
Hacia 1523, a los 47 años de edad, Francisco Pizarro estaba situado en Panamá, ciudad de la que llegó a ser alcalde en 1522. El análisis histórico se inclina a creer que Pizarro poseía una fortuna modesta porque para emprender la aventura, él y Diego de Almagro, tuvieron que asociarse con un cura influyente, Hernando de Luque, que a la sazón era cura de Panamá. Villanueva habla de un cuarto "socio oculto": el licenciado Espinoza, que no quiso figurar públicamente, pero que fue el financiero de las expediciones. Ello debió ser así, por cuanto nunca uno sólo de los socios decidía de manera unilateral las acciones. Sólo Francisco Pizarro, iniciada la conquista física del Perú, tomó decisiones de campaña o sobre acciones militares y administrativas, prerrogativas de su cargo de Gobernador de Nueva Castilla.
En 1524 Pizarro se asoció con Diego de Almagro y el cura Hernando de Luque para conquistar "El Birú" (palabra que después se convertiría en Perú), repartiéndose las responsabilidades de la expedición. Pizarro la comandaría, Almagro se encargaría del abastecimiento militar y de alimentos y Luque se encargaría de las finanzas y de la provisión de ayuda. A finales de septiembre de 1526, cuando habían transcurrido dos años de viajes hacia el sur afrontando toda clase de incomodidades y calamidades, llegaron a la isla del Gallo cansados y extasiados. El descontento entre los soldados era muy grande, llevaban varios años pasando calamidades sin conseguir ningún resultado. Pizarro intenta convencer a sus hombres para que sigan adelante, sin embargo la mayoría de sus huestes quieren desertar y regresar. Allí se produce la acción extrema de Pizarro, de trazar una raya en el suelo de la isla obligando a decidir a sus hombres entre seguir o no en la expedición descubridora.
Tan solo cruzaron la línea trece hombres. Los "Trece de la Fama", o los "Trece de la isla del Gallo", fueron: Bartolomé Ruiz, Pedro Alcón, Alonso Briceño, Pedro de Candía, Antonio Carrión, Francisco de Cuéllar, García Jerén, Alonso Molina, Martín Paz, Cristóbal de Peralta, Elias Ascoy Angulo, Domingo de Soraluce y Juan de la Torre y Díaz Chacón.
Sobre la escena que se vivió en la Isla del Gallo, luego que Juan Tafur le trasmitiera la orden del gobernador Pedro de los Ríos, cuenta el historiador José Antonio del Busto:
 
"El trujillano no se dejó ganar por la pasión y, desenvainando su espada, avanzó con ella desnuda hasta sus hombres. Se detuvo frente a ellos, los miró a todos y evitándose una arenga larga se limitó a decir, al tiempo que, según posteriores testimonios, trazaba con el arma una raya sobre la arena: Por este lado se va a Panamá, a ser pobres, por este otro al Perú, a ser ricos; escoja el que fuere buen castellano lo que más bien le estuviere.
Un silencio de muerte rubricó las palabras del héroe, pero pasados los primeros instantes de la duda, se sintió crujir la arena húmeda bajo los borceguíes y las alpargatas de los valientes, que en número de trece, pasaron la raya. Pizarro, cuando los vio cruzar la línea, "no poco se alegró, dando gracias a Dios por ello, pues había sido servido de ponelles en corazón la quedada". Sus nombres han quedado en la Historia".
José Antonio del Busto
Pizarro y los Trece de la Fama esperaron en la isla del Gallo cinco meses por los refuerzos, los cuales llegaron de Panamá enviados por Diego de Almagro y Hernando de Luque, al mando de Bartolomé Ruiz. El navío encontró a Pizarro y los suyos en la Isla de la Gorgona, hambrientos y acosados por los indios. Ese mismo día, Pizarro ordenó zarpar hacia el sur.
Pizarro no fue ni el primero ni el único que intentó la conquista del Perú. Dos años antes, en 1522, Pascual de Andagoya fue el primero en tratar de efectuar esa aventura: su expedición terminó en un estrepitoso fracaso. Las noticias de la existencia de "Birú" y de sus enormes riquezas en oro y plata, debió influir en el ánimo de tales aventureros y podría haber aportado el ingrediente decisivo para preparar la expedición no sólo de Pizarro sino de Andagoya. Por tal razón, Pizarro, Almagro y Luque se lanzaron a la aventura.

La conquista (tercer viaje)

 Primera fase

En 1531, las tropas de Pizarro se separaron en dos; Pizarro en Coaque se dirigió hacia Puná (en el Golfo de Guayaquil) En Puná, los españoles recibieron regalos e instrumentos musicales por parte del curaca punaneño. Más tarde dicho curaca y los punaneños se rebelaron por los abusos que cometían los españoles
Los punaneños tuvieron que enfrentarse no sólo a españoles sino también a Tumbesinos, aliados de los españoles por viejos resentimientos de guerra hacia los isleños de Puná.
Más tarde los españoles fueron víctimas de traiciones y conspiraciones por parte de sus aliados tumbesinos; En una ocasión los tumbesinos abandonaron en una de sus balsas en medio del mar a tres españoles.
Segunda fase

Hernando de Soto con su tropa persiguió a los tumbesinos levantados durante toda la noche y en la mañana: cayeron sobre sus campamentos, sorprendiéndolos y matándolos, apoderándose de los campamentos. Al día siguiente continuó la persecución. El cacique Quilimasa con las debidas garantías para su vida, se presentó ante Hernando de Soto, quien lo llevó donde el Gobernador. De la conversación con Quilimasa, se entera que otros caciques más importantes habían ordenado la muerte de los españoles.

Otra conversación importante fue la que sostuvo Pizarro con un principal venido del interior. Al respecto Pedro Pizarro, dice: "...pues preguntando al indio qué era el dijo que era un pueblo grande donde residía el Señor de todos ellos, y que había mucha tierra poblada y muchos cántaros de oro y plata, y casas chapeadas con planchas de oro; y cierto el indio dijo verdad, y menos de lo que había..."; les informó también sobre valles más fértiles. Además de lo anterior, informó a Pizarro sobre la situación del Imperio. Todos estos informes entusiasmaron a Pizarro, quien decidió continuar con la conquista.
En vista que no encontraron a los indios que perseguían y que los poblados tumbesinos habían sido arrasados por los Punás, Pizarro decide continuar dejando en ella a su teniente y abandonarla en dos etapas. La vanguardia a su mando, acompañada por Hernando de Soto, partió hacia Poechos. La retaguardia, al mando de Hernando Pizarro, salió de Túmbez tiempo después, porque en sus filas había enfermos: se les ordenó que siguieran a la vanguardia.

 La fundación de San Miguel

En Poechos, Pizarro tiene noticias de Atahualpa, que se estaba desplazando de Quito a Cajamarca. Además, tuvo detalles de la guerra que sostenía con Huáscar Inca Yupanqui. Decide enviar a Hernando de Soto a Caxas, con la finalidad de recopilar información sobre Atahualpa. Hernando de Soto se tomó un tiempo en esto, lo que causó la preocupación de Francisco Pizarro. En tanto se une la retaguardia de conquistadores que venían con Hernando Pizarro. En este tiempo se habían levantado los indios de Chira y Tangarala (Tangarará), obligando a los españoles de Hernando de Soto, a atrincherarse en la huaca Chira, enviando por ayuda a una parte de españoles donde Pizarro.
Francisco Pizarro deja a Hernando Pizarro en Poechos, y se dirige a la huaca Chira para auxiliar a sus compañeros de aventuras. Allí castigó severamente a los curacas: "Trece curacas fueron muertos a garrote y quemados sus cuerpos". Según la cosmovisión indígena, el ser quemados los anulaba para la vida después de la muerte, ya que creían que la muerte era un tránsito entre ésta y la otra vida, necesitaban sus cuerpos para ello; el fuego destruía ese cuerpo.
Luego de apaciguar a Chira, se dirige a Tangarala (Tangarará), en donde funda la Villa de San Miguel, el 15 de agosto de 1532. Fue la primera ciudad española fundada en el Perú. Luego pasó a Piura, territorio de los tallanes. En esta ciudad, Francisco Pizarro hace el primer reparto de tierras e indios entre los españoles que quisieron afincarse en ella. Este primer reparto incluyó además de Piura, Túmbez (Tumbes). Pedro Pizarro, que había quedado con su hermano Hernando en Poechos, describe la presencia de un noble inca entre los curacas de Poechos, quien estaba allí para espiar a los españoles: "Y llegado que fue a Caxamalca donde Atabalipa estaba, le dijo que eran unos ladrones barbudos que habían salido de la mar, que venían caballeros en unos carneros como los del Collao, que son los mayores que hay en esta tierra". Así Pizarro tiene por primera vez noticia de Atahualpa, de la guerra civil que enfrentaba a los hermanos y del triunfo de los generales atahualpanos sobre Huáscar, que había sido capturado.

viernes, 19 de noviembre de 2010

las primeras banderas del perú

La bandera del Perú (oficialmente: Bandera Nacional del Perú) es un símbolo patrio del país, que consta de un paño vertical de tres franjas verticales de igual ancho, siendo las bandas extremas de color rojo y la central de color blanco. Tiene tres versiones distintas para usos diferentes cada cual con una denominación oficial; el Estado peruano usa las variantes conocidas como Pabellón Nacional y Bandera de Guerra, que incluyen el escudo nacional con acompañantes distintos.
Antes del 28 de julio de 1821, día la declaración de la Independencia del Perú, las tropas peruanas independentistas usaron banderas para diferenciarse de otras fuerzas militares. Estas banderas patriotas fueron usadas por Guillermo Miller y Francisco Antonio de Zela en Tacna.
El 7 de junio se celebra el Día de la Bandera, en conmemoración al aniversario de la Batalla de Arica y el 28 de agosto la Procesión de la Bandera en la ciudad de Tacna.

Contenido

[ocultar]

[editar] Bandera Nacional del Perú

[editar] Bandera nacional de 1820

Véase también: Desembarco de San Martín
FIAV historical.svg Primera bandera republicana, creada por el general José de San Martín.
Fue creada por el General José de San Martín con la siguiente descripción dada en el primer artículo del Decretado del 21 de octubre de 1820:
Se adoptará por bandera nacional del país una de seda, o lienzo, de ocho pies de largo, y seis de ancho, dividida por líneas diagonales en cuatro campos, blancos los dos de los extremos superior e inferior, y encarnados los Laterales; con una corona de laurel ovalada, y dentro de ella un Sol, saliendo por detrás de sierras escarpadas que se elevan sobre un mar tranquilo. El escudo puede ser pintado, o bordado, pero conservando cada objeto su color: a saber, la corona de laurel ha de ser verde, y atada en la parte inferior con una cinta de color de oro; azul la parte superior que representa el firmamento; amarillo el Sol con sus rayos; las montañas de un color pardo oscuro, y el mar entre azul y verde. -
En el mismo decreto se determina que la fuerza y vigor de su mandato es hasta que en el Perú se establezca un gobierno general por voluntad libre de sus habitantes.
Dibujo que representa el sueño de San Martín
No se sabe a ciencia cierta el origen de la bandera. Una tradición literaria, escrita en 1917 por Abraham Valdelomar, cuenta que el general José de San Martín, habiendo desembarcado en las costas del sur de Pisco (bahía de la Independencia en la actual Reserva Nacional de Paracas), se habría inspirado en los colores de las parihuanas, unos flamencos de alas rojas y pecho blanco.
El historiador Mario Felipe Paz Soldán explica que la bandera peruana tiene los colores rojo y blanco porque José de San Martín tomó el rojo de la chilena y el blanco, de la argentina que eran países que había libertado y parte del Ejército Libertador en el Perú estaba formado por hombres de estas naciones, en su mayoría negros libertos.[1]
La propuesta de Paz Soldán sobre los colores fue rebatida por Jorge Fernández Stoll[2] quien argumenta que José de San Martín no se basó en las banderas ni de Argentina y ni de Chile, ya que lo preponderante en la bandera de Argentina es el color celeste, no el blanco; y en la bandera de Chile lo esencial no es color rojo sino la forma y disposición de la bandera.
El autor Jorge Fernández Stoll explica que en septiembre de 1820 San Martin estaba a favor de una Monarquía Constitucional por lo que utilizó símbolos monarquicos para definir la bandera. Durante varios siglos la bandera del Reino de Castilla fue roja y blanca. En ese contexto las líneas diagonales buscaban representar la Cruz de Borgoña, de color rojo y blanco, que era la bandera del Virreinato del Perú. Tambien agrega que el color rojo de la bandera peruana se debe al rojo de la mascaipacha que los reyes Incas usaban como corona y al rojo del emblema del rey de España.[2]

[editar] Las banderas nacionales de 1822

[editar] Primera bandera de Torre Tagle de marzo de 1822

FIAV historical.svg Segundo diseño oficial, establecido por Torre Tagle.
Cinco meses después de ser instituida la "primera bandera" nacional (marzo de 1822), José Bernardo de Tagle, marqués de Torre Tagle y Supremo Delegado de la República, quien reemplazó internamente a José de San Martín, cuando éste viajó a Guayaquil, decretó un nuevo diseño. La composición establecía una franja blanca transversal encamada entre dos de color rojo de la misma anchura con un Sol en el centro. La modificación efectuada, respondía, según Torre Tagle, entre otras cosas, a los inconvenientes que demandaba "la construcción" de la anterior bandera.
La Bandera Nacional del Perú se compondrá de una franja blanca transversal entre dos encarnadas de la misma anchura, con un sol también encarnado sobre la franja blanca".
Gaceta del Gobierno, No.22, Tomo segundo del sábado 16 de marzo de 1822
Fue diseñada por José Bernardo de Tagle, tenía tres campos horizontales; los extremos eran rojos y el central, blanco, al centro del cual figuraba la imagen de un sol similar al de la bandera patriota utilizada por Guillermo Miller.
En los campos de batalla surgió un inconveniente: el parecido con el pabellón español dificultaba la diferenciación de los ejércitos, lo que provocó un nuevo cambio de la bandera.

[editar] Modificación de mayo de 1822

FIAV historical.svg Tercer diseño.
La Bandera Nacional del Perú, será de tres listas verticales o perpendiculares, la del centro blanca, y la de los extremos encarnadas con un sol también encarnado sobre la lista blanca. El estandarte será igual en todo a la bandera con la diferencia que en lugar del sol, llevará las armas provisionales del Estado, bordadas sobre el centro de la lista blanca".
Gaceta del Gobierno, No.47, Tomo segundo del miércoles 12 de junio de 1822.
El 31 de mayo de 1822, José Bernardo de Tagle cambió nuevamente el diseño de la enseña patria al darse cuenta de los problemas que causaban sus recientes modificaciones. Esta versión estuvo formada de tres bandas verticales, de color rojo los extremos y blanco la central, con el sol dorado. También fue diseñada por el marqués de Torre Tagle.
José de Tagle le había dado a la bandera nacional un carácter provisional, considerando que el momento que vivían no era el apropiado para dictar normas de carácter definitivo. Así, optó por darle otro diseño a la bandera peruana en virtud de que ésta se confundía a lo lejos con la de los españoles.

 Bandera nacional de 1825

FIAV historical.svg FIAV 111011.svg Cuarta bandera del Perú, creada en 1825.
3.º El pabellón y bandera nacional se compondrán de tres fajas verticales, las dos extremas encarnadas, y la intermedia blanca, en cuyo centro se colocará el escudo de las armas con su timbre, abrazado aquel por la parte interior de una palma a la derecha y una rama de laurel a la izquierda entrelazadas. El pabellón de los buques mercantes, será sencillo, sin escudo ni otra insignia.
Ley del 25 de febrero de 1825 estableciendo el escudo de armas, gran sello del Estado,...
El 25 de febrero de 1825, durante el gobierno de Simón Bolívar, el Congreso Constituyente cambió el diseño de la bandera mediante la promulgación de la ley de símbolos patrios. Se cambió la imagen del sol por el flamante escudo de armas, diseñado por José Gregorio Paredes y Francisco Javier Cortés.
De esta manera, la bandera queda constituida por las tres bandas verticales de color rojo los extremos y blanco la central, con el escudo de armas al centro de la banda media. El escudo se compone de tres campos que representan los tres reinos de la naturaleza, presentes en el territorio peruano. El reino animal es representado al lado izquierdo del escudo por la vicuña sobre fondo celeste, el reino vegetal es representado al lado derecho por el árbol de la quina, sobre fondo blanco y debajo de los campos anteriores sobre fondo rojo, el reino mineral es representado por la cornucopia de la abundancia. Además, tenía por timbre una corona y estaba abrazado desde su parte inferior por una palma a la derecha y una rama de laurel a la izquierda.

Modificaciones de 1950

En 1950, el dictador Manuel Odría modificó el uso de las bandera a su actual forma, es decir, haciendo del pabellón para la marina mercante (modelo simple, sin el escudo) la bandera nacional, reservando la bandera con el escudo al centro para las instituciones oficiales del Estado. El cambio se debió a que este modelo se usaba de facto al ser de más rápida confección
Además, oficializó un nuevo estandarte similar al anterior que portaría el escudo nacional acompañado con banderas y estandartes en vez de ramas de palma y olivo. Ese fue desde entonces el estandarte oficial de las Fuerzas Armadas Variantes
Uso estatal Pabellón Nacional.
Uso militar Bandera de Guerra.

 Pabellón Nacional

El Pabellón Nacional es la bandera del Estado peruano. Consta de la bandera nacional con el Escudo de Armas en el centro.
Hasta 1950, bandera y pabellón se confeccionaban iguales, pero con la modificación de Manuel Odría, el pabellón se convirtió en la bandera estatal.
Véase también: Gobierno del Perú

 Bandera de Guerra

La Bandera de Guerra es el emblema nacional de modelo único que se entrega a las Fuerzas Armadas y Policía Nacional para ceremonias, paradas, desfiles y para distinguirlas cuando están activas. Está compuesta por la bandera nacional con el Escudo Nacional en el centro. Cada unidad porta como estandarte esta bandera con el nombre de su unidad en letras doradas en forma de arco debajo del Escudo Nacional.
En casos de conflictos bélicos o acciones armadas, las instituciones militares y policiales portan la Bandera de Guerra.
Véase también: Fuerzas armadas del Perú

 Bandera de proa

El Perú usa también una bandera de proa propia en sus buques: consiste en un paño cuadrangular de borde encarnado con el Escudo de armas en el centro. En el mástil de los buques de la escuadra peruana y sobre esta bandera de proa, se suele colocar la insignia del oficial de más alto rango que se encuentra a bordo o la del Presidente de la República, si éste fuera el caso.

 Estandarte Nacional

El Estandarte Nacional es la versión portátil del Pabellón Nacional, para ser usado sin ondear en el interior de edificios. Tiene un formato más pequeño (1,40 x 0,93 m) y en ocasiones con el escudo ladeado 45º de forma que sea visible en reposo sobre el asta y con una banda o cordón inferior que impide que ondee.

 Marcha de Banderas

La Marcha de banderas es una creación musical entonada al momento de izar la bandera, compuesta por el maestro José Livornio, cuya letra fue creada por el Hno. Ludovico María, Hermano de las Escuelas Cristianas, director del Colegio La Salle de Lima, por petición del presidente de la República, don Manuel Prado Ugarteche.
Arriba, arriba, arriba el Perú
y su enseña gloriosa inmortal,
llevad en alto siempre
la bandera nacional.

Tal la llevaron con gloria y honor,
héroes peruanos de invencible ardor.
Arriba, arriba siempre la bandera nacional.

Es la bandera del Perú,
de blanco y rojo color,
cual llamarada de amor,
que en Ayacucho y en Junín
victoriosa amaneció con el
sol de la Libertad

Todo peruano ha de sentir,
vibrar en su corazón
amor al patrio pendón,
y bajo sus pliegues luchar,
y si fuera menester
por sus lauros y honor morir